GALERÍA DE OBRAS

Pintura Escultura

PINTURA


LA FRAGUA DE VULCANO - VELÁZQUEZ

Pintura al óleo sobre lienzo, perteneciente al género mitológico, realizada hacia 1630.

En el cuadro se describe una de las escenas narradas por Ovidio en Las Metamorfosis, es el momento en que el dios Apolo, irrumpe en el lugar donde Vulcano (Hefesto en la mitología griega) se encuentra fabricando una armadura, supuestamente para Ares, el dios de la guerra. Este le cuenta a Vulcano el adulterio de su esposa Venus con Marte, Vulcano contempla a Apolo después de haber escuchado la mala noticia con una expresión dramática, colérica y todos los personajes miran con cara sorprendida al dios que acaba de entrar en el estudio, incluso alguno de ellos abre la boca y los ojos. Nos encontramos pues, ante dos características propias del estilo Barroco: el interés por captar un instante y la expresividad de los personajes, tratados con naturalismo y, a la vez, con teatralidad.


LAS HILANDERAS - VELÁZQUEZ

Pintura al óleo sobre lienzo, perteneciente al estilo Barroco, titulado La Fábula de Aracne, pero conocido popularmente como Las Hilanderas, creado hacia 1657

La composición es compleja y se realiza en varios planos superpuestos. En un primer plano observamos a 5 hilanderas, preparadas para una jornada de trabajo con lana en la Real Fábrica de Tapices de Santa Isabel, mientras que en el fondo apreciamos a otras 3 mujeres contemplando el trabajo final, el tapiz, que sería el resultado del concurso entre Atenea y Aracne, representa el rapto de Europa, tejido, según Ovidio, por Aracne. A la izquierda dos de ellas conversan a la par que manejan la rueca, la cual crea una sensación de movimiento al no poder apreciar los radios debido a su gran velocidad, algo que se debe al uso magistral de Velázquez de la perspectiva aérea, que distorsiona los contornos y los difumina, logrando captar el espacio que arropa entorno a las figuras.

La técnica utilizada por el autor es una pincelada suelta, pero también con pinceladas finas y diluidas muy bien definida para el espectador en ciertas partes del cuadro, como en la de Atenea, que a pesar de estar alejada de la visión principal, se puede observar los detalles de la armadura entre otros, además del uso mayoritariamente de tonos ocres, tierra y óxidos para distinguir bien las partes del cuadro.


EL NACIMIENTO DE VENUS - BOTTICELLI

Realizado en temple sobre lienzo por el pintor Sandro Botticelli en 1485. Se trata, por lo tanto, de una obra pictórica representativa del Renacimiento italiano, concretamente del período del Quattrocento.

predomina el dibujo con unas líneas precisas que limitan los contornos de las figuras, ropas y paisaje. Sin embargo, toda la composición se caracteriza por la utilización de líneas sinuosas, como el propio cuerpo de Venus que adopta la clásica postura del contrapposto. Esta postura, por la cual la joven diosa deja caer peso de su cuerpo sobre la pierna izquierda mientras que flexiona y retocede la izquierda, se inspira directamente en la estatuaria griega, si bien, en el caso de esta figura todo el peso se desplaza hacia nuestra derecha, lo que genera la sensación de liviandad como si se desplazara sobre las olas en dirección a la orilla.

Como su título ya nos señala, el cuadro representa el nacimiento mitológico de la diosa Venus (Afrodita en su forma griega). Nacida de la espuma del mar, cerca de Pafos (Chipre), tras ser arrojados por Cronos los testículos de Urano al mar, Céfiro la colocó sobre una concha nacarada y la condujo hasta la isla de Citera, donde las Horas se encargaron de su educación. Fiel al relato mitológico, el pintor nos sitúa a los vientos Aura, el viento de Oriente, y a Céfiro de cuyo soplo brotan flores e impulsan a la diosa hacia la orilla, donde la espera probablemente Flora para cubrirla con su manto.


LA PRIMAVERA - BOTTICELLI

Realizado en temple sobre lienzo por el pintor Sandro Botticelli en 1482. Se trata, por lo tanto, de una obra pictórica representativa del Renacimiento italiano, concretamente del período del Quattrocento

Llena de simbolismo y mitología; dioses, diosas, ninfas… Armonía y personalidad. Nos maravillamos cuando contemplamos el escenario de esta alegoría colorista y vegetal de más de doscientas especies botánicas existentes en la Toscana, sin embargo la fuerza emocional del cuadro la lleva la mujer como figura mitológica.

La sensibilidad iconográfica de Las tres Gracias, Venus y la dualidad de la ninfa Cloris-Flora, es angelical, de gran belleza estética, de rasgos delicados, de suaves movimientos, el sello de identidad de las obras de Botticelli. Figuras de melena dorada, de cuerpos con curvas que siempre muestran inocencia en las maneras. Esta paz y armonía contrasta con el dios del Viento, Céfiro, que loco de amor por Cloris, con la fuerza de su soplido, la convierte en su esposa a la fuerza.


EL JUICIO DE PARIS - RUBENS

Pintura al óleo sobre lienzo, hacia 1638.

El relato mitológico del Juicio de Paris tiene su origen en la boda de Tetis y Peleo, donde Eris, diosa de la discordia, reto a la diosa más bella presente a recoger una manzana de oro que había lanzado entre los presentes. Juno, Minerva y Venus, comenzaron una disputa y Júpiter decidió darle la manzana a Mercurio y que éste se la diera a Paris, que actuaría como juez. El Juicio lo narra el poeta romano Ovidio en su obra Heroidas (XVI, 65-88), donde Paris finalmente escogió a Venus como la vencedora. A cambio, la diosa le dio la mano de Helena de Troya, desencadenando la Guerra de Troya.

El tema del Juicio de Paris fue utilizado por Rubens en varias ocasiones, permitiéndole deleitarse con el ideal de belleza femenino y también considerar las consecuencias del amor y la pasión. Esta versión está basada en un diseño para un aguamanil diseñado por el artista. En el dibujo, la escena es más alargada y con más figuras tanto a la derecha como a la izquierda. En la pintura decidió centrarse más en las tres mujeres desnudas, cuyos cuerpos se construyen mediante líneas sinuosas, creando posturas exageradas. La pintura está aplicada en pinceladas que a menudo no empastan entre ellas, llamando la atención de las mismas de manera individual. Este tipo de pintura es característico de las últimas obras del artista, fruto de su admiración por la técnica veneciana.


EL NACIMIENTO DE LA VÍA LÁCTEA - RUBENS

Pintura al óleo sobre lienzo, creado sobre 1636-1638.

La historia del nacimiento de la Vía Láctea se narra en diversas obras, según esta pintura podrían ser dos los niños a los que amamantaba Juno (nombre griego Hera) en el momento de la creación de la Vía Láctea, que se convertiría en el camino de los dioses al Olimpo. La leche de Juno convertía a quienes la tomaban en inmortal, algo que Júpiter (nombre griego Zeus) sabía por lo que él mismo habría colocado allí, o bien a Hércules, o a Mercurio (Hermes en nombre griego), hijo de Júpiter y de la ninfa Maia. En cualquiera de los dos casos se narra como la diosa, enterada del engaño, lanzó al niño lejos y su leche se derramó. Lo curioso de este lienzo es que el bebe no es arrojado sino que la leche sale disparada, lo cual hace pensar en una posible reinterpretación de la narración por parte del artista.

Este lienzo fue ejecutado enteramente por Rubens el cual introdujo cambios en el lienzo final con respecto al boceto original, conservado hoy en los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica en Bruselas

ESCULTURA


EL RAPTO DE PROSERPINA - BERNINI

Realizada entre 1621 y 1622. Pertenece, por tanto, al barroco italiano inicial, sucesor de la etapa manierista.

La escultura, de bulto redondo, constituye un grupo escultórico de 2,25 metros de altura en el que se representa la escena del rapto de Proserpina (Perséfone en su nombre griego), mostrándose el instante exacto en el que Plutón (Hades en su nombre griego) toma con brutalidad a la joven por la cintura para llevarla consigo al Inframundo mientras ella lucha por librarse de las opresoras manos del dios. Las figuras de Proserpina y Plutón son las principales del conjunto. Abajo observamos ladrando al Cancerbero, el guardián del Hades.

Esta obra está esculpida en mármol de Carrara, un material muy utilizado por Bernini como reminiscencia a Miguel Ángel, en un pulido fino, exceptuando algunas zonas, como el cabello de Proserpina y Plutón. También observamos un marcado contraste entre el cuerpo de Plutón, duro y terso debido a la tensión muscular, y el de Proserpina, blando y sensual.

En este pulimiento del mármol se aprecia también un gran virtuosismo técnico en la manera de tratar la carne, donde destaca el detalle en el que los dedos de Plutón se hunden en el muslo de Proserpina, convirtiendo el frío mármol en la carnosidad más realista, y en el conocimiento de la anatomía, donde Bernini presume de un gran estudio del desnudo clásico en el que contrasta la musculatura robusta de Plutón con la fragilidad y la dulce morbidez de Proserpina.


APOLO Y DAFNE - BERNINI

Realizada entre 1623 1624. Pertenece al Barroco italiano inicial. Su material es mármol.

Es un grupo escultórico de bulto redondo en el que se epresenta a Apolo persiguiendo a la ninfa Dafne que viéndose acosada invoca al dios Peneo, su padre ,para que la libere de su perseguidor y así la transforma en árbol de laurel ante la mirada sorprendida de Apolo. El tema procede de la Metamorfosis de Ovidio.

En la composición las dos figuras forman una línea diagonal. Con ello se consigue un espacio abierto, dinámico, que obliga al espectador , si quiere contemplar la obra en su totalidad, a dar la vuelta en torno a ella. Como se observa en la imagen la escena ofrece diferentes visiones en una Dafne es más humana y en la otra es más árbol.


DAVID - MICHELANGELO

Realizada entre 1501 y 1504. Mide 5,17 metros de altura y 5,5 toneladas de peso, la escultura fue un encargo de la Opera del Duomo para la catedral de Santa María del Fiore en Florencia. Pero tanto sus dimensiones como su calidad hicieron que se destinara a la Piazza della Signoria, donde estuvo hasta el siglo XIX.

Aunque no directamente relacionado con la mitología griega, el "David" de Miguel Ángel refleja la influencia del arte clásico en su idealización de la forma humana. La escultura muestra a David en el momento previo a su enfrentamiento con Goliat, capturando la tensión y la concentración del joven héroe.

Miguel Ángel fue el primero en fijar su atención, no en el triunfo de David, sino en el instante previo. Concentraba su atención en el hombre y sus cualidades humanas, esas mismas virtudes que le permitirían encarar la amenaza de un gigante. No en balde, el David de Miguel Ángel se convirtió en un símbolo del Renacimiento italiano.


BACO - MICHELANGELO

Realizada en mármol, esta escultura mide2.03 metros, se realizó entre los años 1496 y 1497. En la actualidad se encuentra en el MuseoNazionale del Bargello en Florencia. Es un bulto redondo, la corriente artística de esta escultura pertenece al alto Renacimiento

Se trata de una estatua de tamaño natural que encaja perfectamente en el espíritu del clasicismo. Aparece el dios del vino desnudo (Baco en nombre romano y Dionisio en nombre griego), con la iconografía habitual: racimos de uvas en su cabello y una copa que ofrece al espectador, después de un trago y antes de otro. En la otra mano lleva un recipiente con más uvas, que son mordidas por un pequeño sátiro con piernas de cabra que las come a espaldas del dios.

Se vale del recurso clásico del contraposto, así se genera la estabilidad del cuerpo del Baco, con una pierna activa, que soporta el peso, mientras la otra se relaja; en los miembros superiores, el brazo de la copa está activo, en el lado contrario del soporte, mientras que el otro brazo está inactivo, sosteniendo la bolsa de las uvas. El contraposto permite que la figura sea creíble. Porque el dios del vino está de pie, pero con paso titubeante, con su torso girado y la espalda llevada un poco hacia atrás; seguro que debido a los efectos del vino en su organismo.

Las proporciones y formas son clásicas. A pesar de que hay un punto de vista frontal principal, Miguel Ángel crea una escultura que se puede ver desde diferentes lados: el giro del pecho a un lado y la cabeza hacia otro así lo permiten. Al igual que la existencia del sátiro de detrás de Baco, que nos obliga a rodear la figura.


EROS Y PSIQUE - ANTONIO CANOVA

Grupo escultórico de mármol blanco realiada entre 1787 y 1793. De época Neoclásica.

Se presenta la parte final o desenlace del mito de Eros y Psique donde Eros la despierta de un sueño profundo provocado por un castigo divino. Canova nos presenta el instante en el que Eros y Psique están a punto de unirse en el beso , Psique está recostada sobre su cadera derecha volviendo hacia atrás la cabeza, el dios Eros se aproxima para besarla rodeando el cuerpo con una mano dejando la otra sobre un pecho. Así con el beso se simboliza la unión de lo divino y humano, y también el beso es ímbolo del amor.

Se complementan dos tipos de composición una abierta y otra cerrada. Es muy visible la composición en X formada por las alas y las piernas de ambos formado una estructura abierta. En el centro de esta X se halla el punto de tensión que no es otro que la proximidad de los rostros y labios. En contraste con la estructura abierta de la X se observa como elemento compositivo un círculo formado por los brazos de Psique que enmarca la cabeza de ambos formando una estructura compositiva centrípeta que centra nuestra vista en el beso que está a punto de producirse.


TESEO Y EL CENTAURO - ANTONIO CANOVA

Grupo escultórico realizado en 1805 perteneciente al Neoclásico

La escultura representa al héroe griego Teseo desnudo a punto de dar el golpe de gracia a Euritión, el rey de los centauros. Según el mito, los centauros habían sido invitados a las bodas de Pirítoo e Hipodamía, pero Euritión se emborrachó e intentó raptar a Hipodamía. Por tanto, Teseo, amigo de los esposos, empezó una lucha contra el centauro para salvarla.​ Teseo aquí se muestra en el acto de dominar completamente a la bestia: presiona la garganta del centauro con la mano izquierda, mientras con la derecha alza la clava con la que está a punto de golpearlo mientras su rodilla presiona contra el abdomen del híbrido.

El estudio anatómico de las dos figuras es sobresaliente. Tanto el héroe como el centauro están esculpidos con gran minuciosidad y dinamismo, y si no fuese porque son de mármol darían la impresión de estar vivos.

Hay quien quiso ver en la obra una metáfora del conflicto entre los bajos instintos y el comportamiento civilizado.